No nos avergüenza reconocer que íbamos con muy pocas expectativas a nuestro cine más cercano para reencontrarnos con una saga cuya primera trilogía nos pareció más que notable, pero que con su cuarta entrega cayó en picado.
La saga de Piratas del Caribe cuando arrancó con la Maldición de la Perla Negra, supuso un soplo de aire fresco en un momento en que las superproducciones de aventuras habían perdido parte de la esencia que tuvieron en los ochenta y principios de los noventa.
Jack Sparrow, Will Turner, Elisabeth Swan o el gran Capitán Barbosa llegaban para arrasar con todo. Los piratas volvían a estar de moda y Disney aprobó realizar una trilogía para exprimir a su nueva gallina de los huevos de oro. Con la segunda entrega El Cofre del Hombre Muerto, el villano Davy Jones, daba una vuelta de tuerca a la saga que, a priori, finalizaba con En el Fin del Mundo. Un cierre que a muchos nos dejó más fríos que a otros, si bien es cierto que no fue un cierre magistral, supieron darle un final digno a todas las aventuras sufridas por nuestros protagonistas.
La sorpresa saltó cuando se anunció el reflote de la saga, con Johnny Deep a la cabeza pero sin Orlando Bloom o Keira Knightley en el reparto, y que nos traía a Ian McShane como el Capitán Barbanegra y a Penelope Cruz como Angelica.
Aquella cuarta parte no había por dónde cogerla, situaciones absurdas, Sparrow más sobreactuado que nunca, una banda sonora con retales de las entregas anteriores y unos personajes que no consiguieron conectar con el público en ningún momento. De hecho, la revisionamos no hace mucho esperando que las altas expectativas generadas por las entregas anteriores nos hubieran jugado una mala pasada. No fue así, tuvimos las mismas sensaciones que la primera vez.
Con todo este bagaje a sus espaldas, nos llega La Venganza de Salazar, donde cambiamos a Javier Bardem por Penelope Cruz y el veredicto es claro: salimos ganando. Pese al aluvión de críticas que le han llovido a la cinta, que tiene sus fallos y muchos, a nosotros nos entretuvo de principio a fin. Javier Bardem consigue un villano muy creíble, que impone bastante con sus andares y expresiones. La primera aparición de Salazar llena toda la pantalla. Si este villano no será más recordado como Davy Jones o Barbosa, será por la falta de profundidad del personaje, pero eso no es problema de Bardem, es problema del enfoque del guion.
Johnny Deep vuelve a meterse en la piel de Jack Sparrow, un personaje que prácticamente lo ha absorbido y en las caras nuevas, además de Bardem, tenemos a Kaya Scoledario (que os sonará por El corredor del Laberinto entre otras) y a Brenton Thwaites (Dioses de Egito o Malefica) quienes dan vida a Carina y Henry respectivamente. Este trío será el que lleve gran parte del peso de la historia que se centra en la búsqueda del Tridente de Poseidón, un objeto capaz de eliminar las maldiciones.
Y así comienza la aventura, donde tendremos acción a raudales, escenas cómicas y todo lo que nos ha dado la saga durante su historia.
En el timón de la banda sonora, esa vez no está Hans Zimmer ni Klaus Badelt detrás, el encargado en esta ocasión es Geof Zanelli, compositor que pertenece a la compañía Remote Control, cuyo fundador y cabeza visible es Hans. Como ocurre con la cuarta parte, se aprovechan muchas de las canciones ya compuestas anteriormente, llevando por bandera su He’s a Pirate, pero las canciones que hacen referencia al nuevo villano están bastante bien aportando el tono oscuro que la película necesita. Un trabajo que se ve ensombrecido al tener que reaprovechar material ya mostrado.
La película es un homenaje a toda la saga, plagado de cameos y de alusiones a las entregas anteriores. Recuperando por momentos el alma de las primeras entregas, aunque siga aposando en ocasiones, por sobrecargar o meter con calzador algunas escenas que resultan un poco absurdas. A destacar sobre todo el reparto la notable actuación del gran Geoffrey Rush quien rebosa personalidad y carisma durante todo el metraje. Veremos si tenemos sexta entrega, si esta acaba funcionando en taquilla, ¿alguien apuesta a que no?
En resumen, un film para disfrutar en familia, pese a los agujeros que pueda tener el guion tiene momentos muy épicos, visualmente es impactante y recupera un poco la esencia de lo que fue Piratas del Caribe.
Aviso a navegantes, hay una escena post créditos, ¡si vais a verla no os marchéis hasta que se hayan terminado las letras!
¡Un saludo viajeros!
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