Hace ya un tiempo que Miguel González, un buen amigo de David Gago Sampedro, autor de El diario de Ertélion, se puso en contacto con nosotros para proponernos hacer una reseña de esta nueva obra, incluso tuvo la gentileza de proporcionarnos una copia de la obra. Somos muy conscientes de lo difícil que puede llegar a ser para un nuevo autor el abrirse camino dentro del mundo editorial, y ésta, nos pareció una ingeniosa manera de promocionar y publicitar la obra, así que dentro de las humildes posibilidades del Hangar de la Nostromo, nos propusimos poner nuestro granito de arena para ayudar al creador de este interesante libro.
El planeta Ertélion se muere. La fuerza de atracción de los dos soles a través de los cuales órbita es cada vez más fuerte, es sólo cuestión de tiempo que todo tipo de vida en el planeta se extinga. Antes de que eso pase, Dérwenal y Arantelét se han propuesto una difícil labor, escribir un diario que mantenga vivo el recuerdo del planeta y después, enviarlo al espacio exterior para que así, la sociedad que lo reciba descubra lo sucedido y no cometa los mismos errores que se produjeron en Ertélion.
Pero esta tarea será mucho más complicada que lo que inicialmente creyeron. Los jóvenes creadores del proyectos son Clanianos, miembros de un marginal reducto social que se mueve al margen del Nuevo Orden, el tiránico gobierno que rige Ertélion, y es que cuando se hace público este proyecto, ante el temor de que se descubra la verdad de sus intrigas y se produzca un levantamiento, el Nuevo Orden hará todo lo posible para destruir el diario y acabar con sus creadores.
Pero esta tarea será mucho más complicada que lo que inicialmente creyeron. Los jóvenes creadores del proyectos son Clanianos, miembros de un marginal reducto social que se mueve al margen del Nuevo Orden, el tiránico gobierno que rige Ertélion, y es que cuando se hace público este proyecto, ante el temor de que se descubra la verdad de sus intrigas y se produzca un levantamiento, el Nuevo Orden hará todo lo posible para destruir el diario y acabar con sus creadores.
Con el momento de auge que actualmente esta viviendo la fantasía, con grandes autores como Patrick Rothfuss, Brandon Sanderson o Joe Abercrombie, que están revolucionando el género que hasta ahora conocíamos, es todo un placer encontrar una propuesta tan valiente como las que nos propone David Gago Sampedro, un autor nacional.
El formato de diario es sin duda una idea interesante, resulta original y es una forma de añadirle realismo a la narración. Vamos viendo como queda plasmada la personalidad y la forma de ser de cada personaje en su forma de escribir, en como se expresa en sus entradas del diario. Vamos descubriendo personalidades bien distintas que nos van hablando de Ertélion, dibujándonos cómo es su mundo, explicándonos cómo es su vida, y todo ello desde su particular punto de vista.
Se nota que es el primer libro de David, y no os confundáis, lo digo en el buen sentido. A medida que vamos avanzando en la narración, vemos como cada palabra está bien meditada, elegida con esmero. Se nota que el autor se ha tomado su tiempo en escribir su ópera prima y le ha dedicado tanto tiempo como cariño. Gago hace todo un alarde de imaginación con su nuevo mundo, nos va describiendo una nueva sociedad rodeada de extrañas especies animales, mortíferas plantas y unos escenarios variados que dotan de gran riqueza y vida a la narración.
Algo merecedor de mención es sin duda todos esos esquemas sobre la órbita de Ertélion alrededor de sus dos estrellas, su propio calendario y los mapas con los que empezamos a descubrir el aspecto de éstas nuevas tierras. Como contrapartida, debo reconocer que el aluvión de información con el que arranca la obra puede saturar al lector y dificultar "la digestión" de lo que nos están intentando explicar. Hubiese sido de gran ayuda un índice o un glosario con esos nuevos términos que vamos descubriendo, y que a medida que avanza la narración podemos olvidar.
Como decíamos, el sistema de diario le da realismo a la obra, pero lo que ganamos en agilidad en la narración del día a día, le resta muchas descripciones en sus distintos escenarios. Resulta muy interesante el contraste entre la moderna tecnología que dispone el Nuevo Orden, y los arcaicos recursos con los que tienen que subsistir los Clanianos, pero esa falta de detalle dificulta el crear una imagen global, y le hace más difícil al lector imaginar ese nuevo mundo.
Quizás otro aspecto que no me ha acabado de convencer, es que quizás nuestros protagonistas, pese tener entre manos una titánica labor plagada de peligros y enemigos, en general gozan de mucha suerte. Puede que el problema sea mio, y esté demasiado acostumbrado a esos autores tan crueles con sus personajes, pero quizás, una pizca más de dureza, le hubiese dado más fuerza al conjunto.
El final, aunque un tanto brusco, logra finalizar de manera adecuada este primer tramo del viaje. Nos deja con ganas de más aventuras, de averiguar como sigue la odisea de sus protagonistas y de descubrir el futuro que le espera a Ertélion. Seguiremos de cerca a David Gago Sampedro, y esperaremos con paciencia la salida de la segunda parte.
Quizás otro aspecto que no me ha acabado de convencer, es que quizás nuestros protagonistas, pese tener entre manos una titánica labor plagada de peligros y enemigos, en general gozan de mucha suerte. Puede que el problema sea mio, y esté demasiado acostumbrado a esos autores tan crueles con sus personajes, pero quizás, una pizca más de dureza, le hubiese dado más fuerza al conjunto.
El final, aunque un tanto brusco, logra finalizar de manera adecuada este primer tramo del viaje. Nos deja con ganas de más aventuras, de averiguar como sigue la odisea de sus protagonistas y de descubrir el futuro que le espera a Ertélion. Seguiremos de cerca a David Gago Sampedro, y esperaremos con paciencia la salida de la segunda parte.
Fran Luna
Gran reseña como siempre. Para noviembre se publica la segunda parte nuevamente con Chiado editorial y que va a estar cargada de acción. Tengo que decir que el final de la novela es de esa manera ya que la editorial dividió el libro en dos ya que el manuscrito era de 1000 páginas.
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